miércoles, 31 de marzo de 2021

LA MUERTE DE UN SENTIMIENTO, Juan Carlos Botero

 

LA MUERTE DE UN SENTIMIENTO

Juan Carlos Botero


 

La lectura de Nietzsche lo tenía abrumado. El aliento arrasador de su palabra recordaba a un dinametero más que a un filósofo. Lo veía fustigando a los perezosos, sacudiendo los cimientos de los ídolos, y en las mortecinas naves de las iglesias escuchaba el eco de sus carcajadas. Leyó: "Un chiste es el epigrama de la muerte de un sentimiento". Brillante, se dijo. De inmediato, recordó los chistes racistas que conocía, aquellos relacionados con la situación actual de violencia, y los muchos que contaron después de la tragedia de Armero. Qué cierto, se volvió a decir. Sonó el timbre de la puerta. Cerró el libro y se levantó a abrir.

—¡No lo puedo creer! Hombre, ¡qué sorpresa!

—Acabo de llegar y me dije: tengo que saludar a mi vecino.

—Pero no se quede ahí parado. Siga, siga...

—Gracias

—Bueno, ¿y qué tal el viaje? ¿Cómo lo trató Medellín?

—Delicioso. Esa es mucha ciudad tan sabrosa. Y eso que saliendo del aeropuerto vi dos muñecos.

—¿Muñecos?

—Así le dicen a los atropellados por un automóvil

—¿Y eso por qué?

—¿No ha visto cómo quedan en el pavimento, todos torcidos con un brazo debajo de la espalda y una pierna sobre la cabeza? ¡Iguales a un muñeco!

Ambos rieron. Cuando se fue su vecino retomó el libro, y continuó disfrutando la lectura de Nietzsche.

 

Tomado de "Las semillas del tiempo" (1992).

 

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