Microficciones de Ana María Shua
CARICIA
PERFECTA
No hay caricia más
perfecta que el leve roce de una mano de ocho dedos, afirman aquellos que en
lugar de elegir a una mujer, optan por entrar solos y desnudos al Cuarto de las
Arañas.
SÁDICOS
Para aquellos que se
complacen en el sufrimiento o en la humillación del prójimo, se propone una
combinación de estímulos placenteros de los que no se excluyen ciertos
programas de televisión.
ABARANTANDO
COSTOS
Algunos masoquistas
disfrutan con la idea de que otros asistan a su humillación. Los que pueden
hacerlo contratan dos o más pupilas. Pero para los verdaderamente ricos está
prevista la participación de cinco mil extras y el alquiler del estadio. (Se
rumorea que los espectadores son sádicos, que se les cobra la entrada).
SOFISTICACIÓN
Para los más
sofisticados (pero admitamos que se trata de una perversión muy cara), la
madama está en condiciones de contratar los servicios de su propia esposa.
LOS
MASOQUISTAS
Un pabellón entero
está dedicado a esos sujetos melancólicos y generosos, los masoquistas. Cuentan
allí con una serie de habitaciones en las que el sufrimiento se gradúa de
acuerdo con lo doloroso de los estímulos. Si en las primeras habitaciones son
mujeres las que infligen los castigos, en la sexta se los invita a copular con
un cocodrilo y en la octava con el recuerdo de la felicidad perdida.
LOS
PULCROS SON ASÍ
Los pulcros usan
muchas prendas de vestir y se las quitan lentamente. Al cabo del primer año se
han sacado ya el sombrero y los calcetines, que acomodan con parsimonia sobre
una silla. Cuando por fin están desnudos, miran a su pareja con cierta
decepción y algunos exigen que se la cambien por una mujer más joven. Como
todos los demás, pagan por hora.
DUDOSA
PRUEBA
Si un hombre desciende
en sueño al infierno y se le entrega como prueba un diabólico tridente y al
despertar el tridente no está allí, ¿es esa suficiente prueba de que ha logrado
salir del infierno?
PISTA
FALSA
Seguir el reguero de
las manchas, ¿no será peligroso? ¿Cómo saber que conducen hasta el cadáver, y
no hasta el asesino? (Pero las manchas son de tinta y llevan hasta la palabra
fin).
CÓDICE
FALSO
Abate falsifica
códice cuya antigüedad atestiguan altas autoridades. Códice incluye crónica de
ciertos hechos sobresalientes del pasado. Investigadores descubren nuevas
pruebas (documentos, objetos, relaciones) que confirman autenticidad de falsa
crónica. Antes de morir, abate confiesa fraude pero tarde, el pasado está allí,
fuerte, pesado y comprobable como un dinosaurio fósil, modificarlo provocaría
hecatombes en el presente, confesor guarda secreto.
LOS
DUELISTAS
Los duelistas,
distraídos en angustiosos pensamientos, no escuchan la voz de alto después de
los doce reglamentarios pasos y siguen avanzando indefinidamente. El duelo se
posterga pero no se suspende. Aunque finjan no reconocerse cuando se
encuentren, sin testigos, en las antípodas, la presencia de los padrinos los
obligará a lavar su vergüenza cuando vuelvan a encontrarse en el campo de
honor. Se traen vituallas, se instalan tiendas de campaña.
ESPECTROS
Si los fantasmas se
esconden a tu paso con temblores de sábana, si los esqueletos vuelven a
zambullirse de un salto en sus propias tumbas, no te jactes, amigo. Nunca te
jactes de asustar a los espectros. Las muecas de terror con que se apartan de
tu camino no son más que simulacros con los que pretenden hacerte creer que
todavía estas vivo.
LOS
AUXILIOS DE LA MEDICINA
Mi señora siempre tan terca, doctor. Pero a
usted lo respeta. Convénzala, por favor, de que se quede quieta, de que no se
levante descalza en mitad de la noche, de que no revolee los ojos delante de
las visitas, convénzala usted, que tiene influencia sobre ella, de que los
muertos verdaderos no se mueven ni se quejan, o bien no están muertos del todo,
pero por favor, que se decida de una vez, doctor.
LOBOTOMÍA
Y PICAHIELOS
El Dr. Walter Freeman
inventó una nueva técnica quirúrgica a la que denominó «lobotomía
transorbital», empleada en más de veinte mil casos en los Estados Unidos y que
le valió ser galardonado con el premio Nobel. Describía el procedimiento de la
siguiente manera: «La técnica consiste en aturdir a los pacientes con un golpe
y, mientras están bajo el efecto del “anestésico”, introducir con fuerza un
picahielo entre el glóbulo ocular y el párpado a través del techo de la órbita,
hasta alcanzar el lóbulo frontal; en este punto se efectúa un corte lateral
moviendo el instrumento de una parte a otra». Como ven, es una técnica muy
sencilla. Ahora quiero que se dividan en parejas para un primer ejercicio
práctico. Sobre mi escritorio encontrarán nueve picahielos. Ustedes son
dieciocho, la velocidad es una cualidad esencial en futuros cirujanos.
LA
QUE NO ESTÁ
Ninguna tiene tanto
éxito como La Que No Está. Aunque todavía es joven, muchos años de
práctica consciente la han perfeccionado en el sutilísimo arte de la
ausencia. Los que preguntan por ella terminan por conformarse con otra
cualquiera, a la que toman distraídos, tratando de imaginar que
tienen entre sus brazos a la mejor, a la única, a La Que No Está.
(De Casa
de Geishas)
SIN
TÍTULO
Un hombre sueña que
ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los
perros de su deseo. La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa
un muro, se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a nado,
saltan el muro y al pie de la montaña se detienen jadeando. El hombre
sabe, en su sueño, que jamás en su sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la
mujer está a su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya.
(Microrrelato
número 92; de La sueñera)
AMORES ENTRE GUARDIÁN Y CASUARINA
Plaza pública.
Guardián enamorado de Casuarina (secretamente incluso para sí mismo).
Recorte del presupuesto municipal. Guardián trasladado a tareas de
oficina. Casuarina languidece. Guardián languidece. Patéticos encuentros
nocturnos. Con el correr de los días, casuarina transformada en palo
borracho. Murmuraciones en el barrio. Una noche, trágico parto prematuro:
vástago discretamente enterrado. Previsible crecimiento in situ
de una planta desclasada y rebelde que se niega a permanecer atada a
sus raíces pero tampoco quiere estudiar y bebe desordenadamente cerveza
sentada en el cordón de la vereda.
(De Botánica del Caos)
MÁQUINA
DEL TIEMPO
A través de este
instrumento rudimentario, descubierto casi por azar, es posible entrever
ciertas escenas del futuro, como quien espía por una cerradura. La
simplicidad del equipo y ciertos indicios históricos nos permiten suponer que
no hemos sido los primeros en hacer este hallazgo. Así podría
haber conocido Cervantes, antes de componer su Quijote, la obra completa
de nuestro contemporáneo Pierre Menard.
(De Casa de Geishas)
TARZÁN
Avanzando en oleadas
malignas, las hormigas carnívoras no han dejado más que esqueletos
blanqueados a su paso. Horrorizado, Tarzán sostiene en su mano temblorosa
la calavera pelada de un primate. ¿Se trata de su amada mona Chita? Condenado
al infinitivo, el rey de la selva se pregunta ¿ser tú Chita, mi buena amiga
mona? ¿La compañera que alegrar mis largos días en esta selva contumaz?
¿Ser o no ser?
(De Temporada de Fantasmas)
EL
HERMANO SERPIENTE
En su lecho de
muerte, el padre le entrega un cofre. Adentro del cofre vive una serpiente.
–Esta serpiente –dice
el moribundo– es tu hermano, fruto de mis amores con una mujer demonio. Lo
confío a tu cuidado.
El hijo consagra su
vida a la caza de ranas y ratones para alimentar a la serpiente, creyendo que
su padre sufre en la Gehena el castigo de los lujuriosos o los magos,
sin saber que se cuece, en realidad, en el círculo destinado a los bromistas.
(De Botánica del Caos)
SIN
TÍTULO
Mi papá no está
contento conmigo. Me mira más triste que enojado porque sabe que le
oculto un secreto. Estás muerto, quisiera decirle. Pero tengo miedo de que
no venga más.
(Microrrelato
número 25; de La sueñera)
LA
CIUDAD SOÑADA
Usted llega, por fin,
a la ciudad soñada, pero la ciudad ya no está allí. En su lugar se eleva
una cadena montañosa de indudables atractivos turísticos. Pero usted
no trajo su equipo de andinista, no tiene grampas, ni cables, ni vituallas,
usted trajo una guía de restaurantes y un buen traje, y entradas para el
teatro. La ciudad, por el momento, está del otro lado, y el guía le ofrece
atravesar la cordillera a lomo de mula. Y mientras avanza lentamente sintiendo
que su columna vertebral, que sus riñones ya no están para esos trotes,
usted percibe en la reverberación del aire que la ciudad está
volviendo a formarse a sus espaldas, temblorosos y transparentes todavía los
rascacielos, como medusas del aire.
(De Temporada
de Fantasmas)
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