EL DECÁLOGO
Juan Carlos
Onetti
I.
No busquen ser originales. El ser
distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.
II.
No intenten deslumbrar al burgués. Ya
no resulta. Este solo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
III.
No traten de complicar al lector, ni
buscar ni reclamar su ayuda.
IV.
No escriban jamás pensando en la
crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en
el lector hipotético.
V.
No sacrifiquen la sinceridad
literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese
otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.
VI.
No sigan modas, abjuren del maestro
sagrado antes del tercer canto del gallo.
VII.
No se limiten a leer los libros ya consagrados.
Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
VIII.
No olviden la frase, justamente
famosa: dos más dos son cuatro; pero ¿y si fueran cinco?
IX.
No desdeñen temas con extraña
narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.
X.
Mientan siempre.
XI.
No olviden que Hemingway escribió:
“Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo
más bajo en que un escritor puede caer.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario